Hace un par de días me vine de visita a
España para ver a la familia y los amigos. Creía que tras tres meses fuera me
iba a sentir feliz, con la típica sensación de vuelta a casa. Sin embargo, y
aun no sé por qué, no me sentí así.
Voy por la calle hacia el banco a reclamar unas comisiones que me
dijeron que no me iban a cobrar (en el Banco Santander aseguraros siempre de
conocer hasta el último detalle de lo que os están vendiendo, ya que os pueden
decir que no os cobran esto y al día siguiente ves que te lo están cobrando
porque lo ponía en el contrato pero el vendedor no lo sabía...en fin). A lo que
iba, por el camino hacia el banco vi a la gente seca, poco amable con la gente
que no conoce como si les molestase ayudar a los demás, me chocó mucho tras
estar en Suecia donde todo el mundo está dispuesto a ayudarte y te responde con
una sonrisa en la cara a cualquier pregunta que les hagas, a pesar de que los
nórdicos tampoco sean la alegría de la fiesta.
Después enciendo la televisión y veo las noticias: corrupción,
crisis, bancos malos, escraches, Bruselas, desahucios...cambio de canal: Alonso
tercero en los libres y semis de la champions España-Alemania (curioso cómo
desvían nuestra atención), apago la televisión.
Más tarde cojo el coche para quitarme el mono de conducir y según
avanzo por las calles empiezo a compararlas con las calles suecas, todo mejor
pensado y con fundamento. Llego a un semáforo en rojo y me paro, a pesar de que
no hay nadie cruzando por el paso de cebra. En Suecia los semáforos tienen un
sensor que si no hay nadie cruzando y se acerca un coche, automáticamente se
pone verde para el turismo ahorrando tiempo, gasolina, contaminación y atascos.
Que sí, que es una tontería, pero ellos lo pensaron dos veces antes de hacerlo
y nosotros no.
Más adelante empiezo a atravesar una calle normal y corriente y
mirando a los lados veo que hay una farola a cada lado de la carretera. Otro
detalle, en los países nórdicos en muchas calles en lugar de poner una farola a
cada lado tienen una única lámpara más alta en el centro de la calle que
ilumina toda la vía. Vale, será otra tontería pero ellos lo pensaron dos veces
y nosotros no, y ahora ellos se están ahorrando los postes de las dos farolas,
ya que estas están tendidas de un cable, el consumo de una farola y toda la
instalación y cableados subterráneos.
Pero no todo son malas sensaciones en mi vuelta a casa. Cuando
regresaba con mi coche coincidió con las últimas horas de la tarde y pude ver
en primer plano un atardecer donde el sol se posaba en las montañas aun nevadas
en el horizonte. Fue imposible evitar que se me escapara una sonrisa tonta y
una sensación de calidez dentro de mí, y es que es una pena que teniendo
el país más cálido y con mayor diversidad paisajística de Europa, no sepamos
sacarle provecho y estemos arruinándolo así...es una pena. Me ilusiona
imaginar cómo sería España si el sistema y mentalidad que tuviésemos fueran
los nórdicos.